Economic GPS

17-12-2021

Informe económico mensual realizado por el área de Economía de PwC Argentina.

Un desfiladero riesgoso

El resultado de las elecciones generales llevadas adelante el 14 de noviembre ratificó el resultado de las PASO, aún cuando el oficialismo logró achicar la diferencia respecto de las primarias en la provincia de Buenos Aires. De esta forma, el partido gobernante perdió el quorum propio en la cámara de Senadores, hecho que no sucedía desde el regreso a la democracia, en 1983. Asimismo, redujo la cantidad de diputados; aunque ningún partido detenta la mayoría y se mantiene la necesidad de negociar para la obtención de quorum. Sin embargo, la mejora respecto de las PASO le permitió al oficialismo mantener la primera minoría en la cámara baja y, de esta forma, la posibilidad de mantener la presidencia de la misma.

Tras las elecciones el mapa de poder en la Argentina luce más balanceado entre oficialismo y oposición (donde también aparecen nuevos actores que, aun cuando son minoría, condicionan el debate público y las posiciones de las principales coaliciones), pero también al interior del frente gobernante.

En el plano económico, el gobierno llegó a las elecciones sin un descontrol crítico de las variables macroeconómicas y con resultados dentro de lo que se esperaba.

Continuamos considerando que el escenario que en anteriores ediciones hemos dado en llamar “intermedio”, hoy es el de mayor grado de probabilidad de ocurrencia. Sin espacio para la radicalización y con poco ánimo para generar un consenso de alcance más amplio, lo más probable es que se aspire a un acuerdo acotado con el FMI que le permita al país refinanciar la deuda y evitar así un default con el organismo mientras que la inflación haga la tarea de licuar el gasto.

Es poco probable que el acuerdo con el FMI implique compromisos para llevar adelante reformas de carácter estructural. En el plano fiscal seguramente implicará una corrección -probablemente segmentada- en las tarifas de los servicios público, que permita reducir subsidios y llegar a un nivel de déficit primario “financiable”. El elevado nivel de presión tributaria hace que no exista demasiado margen para cerrar la brecha fiscal con mayores o nuevos impuestos de relevancia. Insistir por esa vía podría comprometer la recuperación del nivel de actividad y la recaudación.

La contracara vendría por el lado de la inflación, que aún con una política monetaria menos expansiva (o más contractiva) se mantendría elevada en el corto plazo, arrastrada por el impulso en los cambios de los precios relativos por eliminación de subsidios. Si bien no se espera un desborde inflacionario en este escenario, sí un nivel de inflación en torno de la del corriente año, lo que también contribuiría a continuar recaudando impuesto inflacionario para cerrar la brecha fiscal.

Por este motivo, se esperaba alguna forma de corrección en el tipo de cambio oficial -sea de aceleración del “crowling peg” o con algún salto discreto, similar a lo ocurrido en 2014- , que permitiera contener la brecha y la pérdida de reservas del BCRA vía precio, y no por restricciones cuantitativas (ej. más cepo).

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